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Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve a por ello y punto.

viernes, 7 de octubre de 2011

Y es que no ha sido nada fácil para mí.

Supongo que... Ése es el mal del que nos quejamos todos, ¿no? Siempre lo han dicho... Que los adolescentes hemos querido vivir la vida demasiado rápido. Siempre se nos ha tachado de irresponsables, de "mentes locas", de querer disfrutar demasiado del momento, del pensar que no habrá un mañana y que la vida hay que aprovecharla al máximo, porque hoy puede ser la última noche. Supongo que, con el tiempo, acabas por darte cuenta de que la vida no se va a acabar mañana, por mucho que lo intentes. Pero... ¿y si estamos equivocados? ¿Y si realmente no sabemos apreciar lo que tenemos entre nuestras manos, ése tesoro que es el presente? Quizás sí que estemos realmente equivocados de lo que es la vida. Porque si hay algo que he aprendido a mi corta edad es que hoy estás aquí, y mañana puedes estar allí. Tu vida puede cambiar radicalmente en un sólo segundo, las cosas pueden torcerse o enderezarse cuando menos te lo esperes; y éso es lo que a los adultos les cuesta ver. A ése tipo de personas suelo llamarlas gente sin esperanza, porque llevan mucho tiempo esperando ése cambio en su vida que nunca se ha producido. Vivir sin esperanzas es como vivir sin beber agua nunca; acabarás por secarte y morir. Ya sé que es inevitable que nos llevemos alguna desilusión, y que muchas acabarán por cansarte y decir cuando te acuestes: "Ya no pienso intentarlo más". No... Hay que seguir hacia adelante, por muchas cosas que sucedan, por mucho que tengamos que soportar; realmente, sí, estoy segura de que merecerá la pena la espera. Querer vivir los momentos especiales para siempre es aquel error que cometen muchas personas. Después de ésos precisos momentos especiales, vendrán muchos, muchos otros que atascarán nuestra vida y que nos cegarán durante un instante. ¿Alguien se acuerda de ésa sensación cuando sacamos un nueve en ése examen que no esperábamos? Ésas mariposas revoloteando en el estómago es lo que hace a los momentos especialmente atractivos. Y siempre que se nos presenta uno, no podemos evitarlo y sucumbimos. No me cansaré de decirlo... Vive el momento, vive y sé feliz, pero no hagas lo imposible por alimentarte de él porque correrás el riesgo de morirte de hambre. Tienes los medios para hacerlo, tienes miles y miles de maneras que puedes sacar de tu cabeza. Crea tú tus propios momentos perfectos. Repítelos siempre que quieras, y, sobre todo, aprende de ésas malas épocas en las que cuesta levantar cabeza. Son ésas moralejas que nos parecen estúpidas e imposibles lo que realmente constituyen la vida. Agradece cada día que permanezcas vivo, porque de un momento a otro podría irse al traste y arrepentirte de todas ésas cosas que no has hecho y siempre has querido hacer. No pierdas un solo segundo de tu tiempo, vívelo intensamente.

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Nubes de papel.