Jamás duró una flor dos primaveras.

Y yo... Realmente no puedo evitar sentirme decepcionada, frustrada, dolida. Sé que quizás me merezca todo lo que me está pasando, no lo sé. Quisiera creer que hay un ente ahí arriba que pudiese contestarme todas mis preguntas, y decirme el por qué de los acontecimientos. Pero no, no lo hay, y yo sigo aquí, sentada, echándole mucho de menos a cada segundo que pasa... Es increíble como un clavo puede sacar a otro clavo, ¿no? Quiero decir... Dicen que en los momentos difíciles es cuando realmente se muestra cómo son las personas en realidad. Como en ésas circunstancias de vida o muerte que salen en las películas, cuando dos personas se encuentran encerradas en un pozo que está a punto de ser inundado, y es entonces cuando se confiesan el uno al otro que han sido unas terribles personas en la vida, y que jamás deberían haberse dejado influir por malas compañías, o que deberían haber acompañado a su hijo en el partido de béisbol de la semana pasada. Es entonces cuando lloran y suplican, y cuentan su verdad. Quisiera saber si realmente ésas súplicas son verdaderas o falsas, si hay gente que por salvarse las faldas es capaz de cualquier cosa, incluso de herir a una persona que consideraban querida -o éso aseguraban-. Quiero pensar que existe la gente limpia de corazón, que de verdad hay personas que cuando te miran a los ojos y te dicen: "Estaré aquí para siempre", lo dicen con toda su alma y están realmente dispuestas a todo. ¿Sabéis? Hasta ahora, nunca me he cruzado con una de ésas personas, pero me gustaría. Quiero decir... ¿Cómo tiene que ser ésa sensación -la auténtica- de estar con una persona que le importas, y entonces escuchas ésas palabras que tanto ansías escuchar desde hace tiempo? Porque yo he experimentado la sensación irreal, la ficticia, ésa que en los momentos de verdad se anula porque en el fondo era de mentira. Y entonces, otro palo más. Otra decepción que te llevas al bolsillo y te quedas sola y con las manos vacías. ¿Cómo se hace éso? Me gustaría ser una persona que fuese capaz de mentir en ése tipo de situaciones, porque, de momento, se me caería el alma a los pies. Y como una estúpida, vuelvo a caer. ¿Por qué la gente miente para satisfacernos? Quizás las mentiras nos hagan más felices y nos permitan vivir con tranquilidad en la ignorancia, pero me encuentro en ésa ínfima minoría de las personas que prefiere ser mentida a la cara que escuchar las verdades a sus espaldas.

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