-

Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve a por ello y punto.

viernes, 21 de octubre de 2011

Lo malo, cuando se finge bueno, es pésimo.

Yo nunca me he considerado una persona fuerte. Tampoco una persona valiente, y mucho menos una persona heroica. Hace mucho tiempo, nos pusieron un ejercicio de Psicología en una clase que teníamos libre. Consistía en describirnos, tanto física como psíquicamente, y tendríamos que salir después a exponerlo delante de toda la clase. Fui incapaz de escribir nada. Se me bloqueó el bolígrafo en los dedos y mi mente se negó a responderme. Sólo gritaba: "¡Peligro! ¡Peligro!", como si fuesen a atacarme de nuevo. Me hubiera gustado compartir con todo el mundo lo que sentía, cómo me sentía, si realmente era como ellos pensaban, y más. Me hubiese gustado encontrar una sola palabra que me describiese al menos un poco, que mostrase al mundo cómo era. Pero, por muchas listas mentales que procuraba fijar, ninguna me satisfacía, y mucho menos lograba describirme tal y como soy. Porque siempre que me dan un bolígrafo y un papel me gusta disponerme y expresarme. Pero cuando me piden que me describa yo, realmente no sé cómo hacerlo. Observaba cómo mis compañeros se levantaban por turnos y leían lo que habían conseguido escribir en menos de dos minutos: "Me encantan los animales"; "Soy una chica alegre y divertida, desenvuelta"; "Me gusta mucho la fiesta, ésta noche saldré con mis amigos"; "Lo que más me gusta en éste mundo es la fotografía". Uno tras otro salían y lograban describirse a la perfección. Se preguntaban unos a otros si era verdad ésto o aquello, y se reían como si hubiesen contado el mejor de los chistes. Se supone que a los adolescentes nos encanta mostrarnos al mundo, nos encanta ser el centro de atención y que los demás se fijen en nosotros y nos admiren y, sobre todo, que nos busquen. Ésa es la verdadera naturaleza del adolescente: egoísmo. Todo el mundo dice que es una etapa difícil en la cual se conforman tus ideales, tus sueños por vivir, tus metas en la vida... Y parecía que todos lo tenían más claro que el agua. Todos estaban conformes con la actividad y exhibían con gusto sus logros, además de presumir de las actividades que mejor se les daba hacer, de que tenían muchos amigos, de que sus padres les habían comprado unas zapatillas nuevas... Y yo no paraba de preguntarme por dentro: "¿Y qué más dará todo éso? ¿Por qué todo el mundo se describe igual?". Todo el mundo aseguraba que era simpático, abierto a todas las gentes y muy sincero. A todos nos gusta quedar bien delante de las nuevas personas que conocemos, pero a las viejas es muy difícil engañarlas. A la gente le gusta presumir de ser unas buenas personas, pero en la práctica nadie es capaz de ser realmente una persona bella por dentro, una persona digna de ser admirada, de ser querida y respetada por los demás. ¿Por qué lo hacen? No lo sé... Es un símbolo de aceptación, una necesidad de encajar en el sitio latente que les golpea el pecho constantemente. Necesitan sentirse aceptados, necesitan vivir de apariencias y se alimentan de lo que los demás hablan de ellos. Por éso quizás fui la única que no fue capaz de terminar ése ejercicio.

Follow me on Twitter ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nubes de papel.