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Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve a por ello y punto.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

O tengo dentro mil infiernos, y se me cae la piel a cachos.

Me creo un pájaro que no puede volar, una pequeña avecilla con las alas rotas a la que intentan enseñar a volar y no puede, porque cada vez que lo intenta se muere, se parte. Busco todos los días frases que puedan describir las cosas que pasan por delante de mis ojos y nunca quiere acertar de pleno. Ya ni siquiera soy capaz de sentir algo de hambre, el pan y el agua que hay en la puerta de mi cuarto se pudren desde hace semanas. ¿Cuántas cartas más tengo que escribir para que me saquéis de aquí? Y siempre que acabo diciendo que es la última, al final siempre acabo escribiendo cinco más... Qué más dará ya, si siempre que me rindo al final tengo que volver a remontar. Siempre que cojo mi bote de pintura de cien colores y lo echo por las paredes los colores empiezan a resbalar y de todos los colores sólo se queda el gris para mí. Escucho el tic-tac de los relojes, pero me indica que ésto nunca se va a cabar. ¿Cuánto más tengo que esperar? Decidme, decidme que yo os daré todo lo que tenga en mi mano para irme de éste sitio. Ya he desistido de intentar haceros una idea de lo que es estar aquí, porque ya sé de sobra que no me vais a rescatar y me canso de pediros auxilio, tranquilos, que yo solita me sabré cuidar. Pero es que cuando una está tan sola es tan difícil ver las cosas de un modo distinto al que ya se está acostumbrada... Parece que todas las canciones se me marcan en la piel y tengo que ponerme un gran abrigo para que no adivinen lo que sucede. Pero, a ver, no me entiendo, ¿quieres que me ayuden o no? ¿Qué quiero realmente decir? La tormenta me ha visitado ésta mañana, dice que ya apenas valgo para nada, que le encantaría ayudarme pero sus lluvias ya han dejado de ser doradas y ahora se han transformado del color gris que tanto odio. Empeñarme en vivir o empeñarme en morir, así es como están mis circunstancias ahora. Llevo caminando por el camino difícil durante diez años, y a éstas alturas, los años son palos. ¿No puede haber una forma más sencilla de trasladar a ésta muerta de hambre a una camilla más cómoda?

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Nubes de papel.