Gracias. Gracias por todas ésas cosas que me has dado siempre y por las que, a veces, se me olvida darte las gracias; aunque en el fondo creo que ya sabes que te estoy -y estaré- eternamente agradecida. Gracias por escuchar todas mis tonterías, por aguantarme todas ésas noches en las que lloraba como una descosida sin consuelo alguno y tú siempre me ofrecías ése oído que me escuchaba siempre, pasara lo que pasara, sin juzgarme, sin detenerte a pensar en lo mala que podría estar siendo. Gracias por tus consejos, por hacerme sentir como una mujer cuando en realidad no soy más que una niña asustadiza y torpe que necesita ir agarrada de un dedo para poder caminar por el sendero arduo de la vida. Gracias por haber madurado y haberme hecho madurar un poquito a mí, por todas ésas miles de cosas que nunca podremos contar. Por todas ésas tardes que has pasado conmigo ayudándome a superar todas ésas cosas que me dolían, por dejarme en blanco cuando me decías ésas cosas, por haber demostrado que eras la única persona del mundo que estaría allí conmigo incondicionalmente, por muchas cosas que pasaran, por haberme demostrado que existe el amor puro y limpio, sin condiciones. Y perdón, perdón por todas las cosas que alguna vez te han hecho daño, por haber sido una niña torpe y perderte de ésta manera.
Follow me on Twitter ♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nubes de papel.