Querido amigo. Gracias por dejar nuevamente que abra otra página en blanco en ti para empezar a descargar todo lo que siento (¿cuántas llevamos ya? ¿Cinco? ¿Seis?). Gracias por ésos momentos de soledad en los que las palabras eran mis únicas acompañantes en ésta danza sin fin. Gracias... No sé. Quizás me gustase decir muchas más cosas de las que en realidad pongo aquí, pero quizás es que no me atreva a decirlos. En realidad, lo que más necesito en éste mundo es compañía. Pero nunca encuentro la adecuada para mí. Nunca encuentro la adecuada para mí porque soy demasiado exigente, y porque sé muy bien lo que significa la palabra "amigo", y hasta el momento, no he encontrado a nadie que sea capaz de superar ése significado. Ni tan siquiera de rellenarlo un poquito. Es un asco todo. Es un asco ser tan exigente, es un asco tener que seguir poniendo buena cara aunque me esté pudriendo por dentro, es un asco tener que seguir sonriéndole a ésas personas que en el pasado me hicieron tanto daño, tanto daño... que no son capaces ni de imaginárselo. Es un asco tener que sobrevivir de fármacos, tomarte una pastilla con esperanzas de que todo cambie, de que tu humor mejore ("Ésto te subirá un poco el ánimo, sirve para no darle tantas vueltas a la cabeza".) Acabas depositando toda la fe que te queda en ése asqueroso bote de pastillas. Crees que mejorará tu vida, pero no es cierto. Siempre que necesitas ése oído que te escuche, nunca está ahí. Y nunca está ahí porque yo no quiero, porque no quiero que nadie piense que soy una rarita, una debilucha, una deprimida. Nadie jamás logrará saber lo que yo siento por dentro. Y éso es malo... muy malo.
Follow me on Twitter ♥
Ask me in FormSpring :D
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nubes de papel.