Me muero de ganas por muchas cosas. Me muero de ganas por morir, por acabar de una vez con todas éstas cargas que tengo que llevar en mi espalda. Todas las palabras que no digo y me ahogan, todas las cosas que no hago y me oprimen el pecho hasta querer asfixiarme. He sido dañada demasiadas veces, he sido atada como una esclava a la que le negaron su libertad y para éso tuve que mentir, tuve que zafarme como pude de mis cadenas, tuve que fingir millones y millones de sonrisas, otros millones de bromas... para que, al llegar a casa, se transformasen en lágrimas que duraban hasta altas horas de la madrugada, que mi almohada se tragaba sin oponer resistencia mientras yo le contaba todo lo que dolía en mi vida. Y a la mañana siguiente había que estar nuevamente tan fresca como una rosa, para poder parecer ésa niña risueña y sin problemas, ésa imagen que tanto me he esforzado en construir de mí. La gente se preguntará: ¿por qué te pasas la vida fingiendo ser alguien que no eres? ¿No es más cómodo ser tú, y punto? No es tan sencillo, no es tan fácil como parece, quisiera ser yo, quisiera ser yo de verdad, pero para ello tendría que ser una niña solitaria, triste, rancia, ése tipo de persona que nadie quiere tener a su lado. Necesito un descanso, un stop, un alto para poder llorar todo lo que llevo dentro, desahogarme, y luego continuar hacia adelante. Éso es todo lo que pido a día de hoy...
Follow me on Twitter ♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nubes de papel.