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Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo, ve a por ello y punto.

lunes, 26 de marzo de 2012

Y las lágrimas caen porque el corazón no soporta más dolor.

Quererlo todo y no poder tener nada conlleva decepción y frustración. Y vivir con ello no es nada fácil, y mucho menos para una mente no acostumbrada, como me podría considerar yo. Éstos horribles momentos en los que me da por pensar y pensar sin cesar los considero los más dolorosos que he podido vivir. Quién podría imaginarse que, debajo de éste caparazón fuerte en el que me refugio, iba a existir un corazón débil y fragilucho. Pararse a recapitular y a pensar las cosas fríamente es quizás lo que me desboque del camino. Es cierto que he contado con ésa ayuda extra, es cierto que gracias a ésos detestables métodos he logrado ser un poquito más humana. Pero no puedo evitarlo, no puedo evitar seguir pensando que no soy lo suficientemente buena como para seguir adelante, que jamás lograré alcanzar el nivel de ésas personas que me rodean. ¿Y por qué? Por el simple hecho de estar. Soy una de ésas personas que muy difícilmente se llevan mal con otra gente, que está ahí con todos cuando más lo necesitan, que se ofrece para todo lo que necesite y presta ésa mano que tanta falta hace en la oscuridad. La gente lo valora a veces y éso me gusta porque significa que, al menos por unos momentos, existo para ellos. Quizás no tan especialmente como me gustaría, pero al menos sí en gran medida. Pero siempre he sido una de ésas personas solitarias e introvertidas a las que no se le ha dado bien relacionarse ni hacer buenas amistades, y mucho menos fijarlas. Pero ha sido, más que nada, por el miedo. El miedo a no ser lo suficientemente buena para completar éso que buscan las personas, el miedo a que vuelvan a hacerme lo mismo y me claven por detrás ése puñal doloroso. Las cosas han cambiado, los ambientes y las personas han cambiado para mí y sigue sin ser suficiente. Ni con ayuda química pueden solucionarse las cosas. ¿Son tantos los problemas que hay dentro de mí, y tan graves que no tienen solución alguna? ¿Por qué no puedo ser una chica como ellas? Creo que estoy condenada a ser una mera observadora del tiempo, sin nadie a mi lado a quien yo le importe. Aunque suena muy egoísta decirlo así, porque sé que en realidad no estoy del todo sola, pero es que quiero y necesito más. Quizás esté solicitando demasiado y vea las cosas desde un punto totalmente diferente a como son en realidad, y los cambios son totalmente apreciables pero yo no quiero verlos. Ahora es cuando he comprendido que el problema no está en los demás, sino en mí misma, en ésos miedos e inseguridades que transformo en sonrisas y bromas. Es todo tan complicado que me encantaría dejar de pensarlo. Aunque, por desgracia, me resultaría totalmente imposible. Horribles, horribles ganas de terminar con todo.

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