¿Y qué pasa cuando las grietas reaparecen y no hay nada ni nadie capaz de cerrarlas?

No hay nada sin vida, no hay vida sin ello. Quiero perder el control, gritar y huir para no volver. Quiero saber si alguien sabía si ésto iba a pasar. Preciso la necesidad de creer, de perderme en un mundo de sueños cada noche, de escribir lo que siento gastando mil folios de papel, aislándome de todo. Dilo, dilo, vamos, grítalo, necesito oírte chillar toda la verdad al suave silencio. Necesito oír que también sientes, que también en tu pecho hay algo. Porque voy a acariciar las cuerdas de ésta guitarra rota hasta que el mundo se acabe, porque voy a cerrar los ojos hasta que acepte yo misma lo que va a pasar. No hay nada más bonito que vivir lo que te ha tocado, no hay mayor tesoro que llevarte la mano al pecho y notar que hay algo que late, saber que estás viva. Pero... ¿qué pasa si palpas en tu pecho y no encuentras nada? ¿Qué pasa si abres los pulmones para tomar aire y sólo entra polvo de hadas? ¿Qué pasa si intentas sonreír y sólo te sale un llanto amargo? Aquí voy a estar como una muñeca rota hasta que el destino decida cambiarme. Voy a observarte siempre, voy a abandonar mis sueños por la realidad, no me importa que no te quieras llevar nada de mí, porque si tú te llevas la mano al corazón, podrás notar que late.

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