
Llega un momento en el que estás tan harta de todo que no encuentras las palabras para describir cómo te sientes. Los días son ya una insípida y aburrida rutina de la que te sientes incapaz de seguir luchando por escapar de ella... Simplemente te resignas a ser atrapada otra vez. Te encuentras ya tan cansada de pensar y pensar que lo único que necesitas es dormir; poder dormir y olvidar todos los pensamientos que perturban tu mente y que te acosan a todo momento. Tú misma sabes que no estás bien; que, por una parte, tu cuerpo se está resintiendo y que tu salud está empeorando, y que, por otra, tu mente tampoco está bien. Sólo necesitas un estímulo que te ayude a salir de la mala racha que estás pasando: un cine, un paseo por el campo, una cena... Al fin y al cabo, todos lo han descrito así: una mala racha. ¿Cuánto duran las malas rachas? ¿Cuándo se va a acabar todo ésto? Y siempre que te lo preguntas, otro día se acaba consumiendo. Y tú sigues con la certeza de que aún te queda mucho tiempo que pasar así. Y entonces pasa otro día, y otro, y otro más... Y, aún así, sigue igual todo. Y entonces te das cuenta de que lo único que necesitas es compañía. Justo éso. Miras a tu alrededor y lo único que ves es a gente con sus grupos de amigos ya formados: salen de fiesta, se echan miles y miles de fotos, se dedican miles de tablones y estados, se comentan mil veces... Y tú, que no has sido capaz de encajar en ningún sitio, ya lo das por perdido. Porque durante mucho tiempo intentaste encajar en algún sitio, pero todos estaban tan cerrados que no quisieron aceptarte. Antes solías achacarle las culpas a los demás: decías que todos eran desagradables, antipáticos y elitistas. Pero, por suerte, reaccionaste y te diste cuenta de que no todo era como tú pensabas; estabas totalmente equivocada. El problema no eran los demás, sino tú. Eras tú la que causaba todas tus propias desgracias, eras tú sola la que, culpando a los demás, no te dabas cuenta de que en verdad eras tú la que no lograba encajar en ningún sitio por ser como eres. O, más bien, por no serlo. Porque eres incapaz de mostrarte como eres, lo has sido mucho tiempo, por miedo y temor a ser rechazada. Éso sólo demuestra lo que soy, una vez más: una cobarde.
Follow me on Twitter ♥
Que cierto lo que escribiste, me gusto tu blog & tus entradas:)
ResponderEliminarCuídateC:
PD: AHORA TE SIGO EN TWITTERC:
Me ha encantado, como todas laas entradas :) Y perdón por haberte confundido con un chicoo. Jajaja, es que nos abia que te la habian escrito a ti :I
ResponderEliminar